Desarrollar los buenos hábitos

Los hábitos se forman cuando los nuevos comportamientos se vuelven automáticos. Esto significa que los hacemos sin pensar realmente en ello. Mientras que algunos hábitos son malos para nosotros, como perder una hora en Instagram cuando deberías estar estudiando, otros pueden ser estupendos. Por ejemplo, apagar las luces al salir de una habitación o cepillarse los dientes antes de irse a la cama.

Todos los hábitos tienen un patrón de tres pasos (o «bucle del hábito»): señal, rutina y recompensa. Utilicemos el ejemplo de Instagram para entender cómo funciona:

1. Señal: Tu teléfono móvil recibe una notificación: a alguien le ha gustado o ha comentado una de tus fotos. Esto sirve como señal (o desencadenante) para comprobar tu cuenta.
2. Rutina: Este es el comportamiento real. Cuando recibes una notificación, compruebas automáticamente tu cuenta de Instagram.
3. Recompensa: Es el beneficio que obtienes al realizar ese comportamiento. En este caso, la emoción o la felicidad que sientes cuando descubres a quién le ha gustado o ha comentado tu foto.

Los hábitos con una recompensa inmediata (como éste de las redes sociales) son más fáciles de adquirir que los que tienen una recompensa tardía (por ejemplo, aprender un nuevo idioma).

Cómo crear un buen hábito

Ahora que sabemos qué es el bucle del hábito, podemos desarrollar un nuevo hábito desde cero o cambiar un mal hábito por uno bueno. Para ello, debemos identificar los elementos de nuestros hábitos. En este breve vídeo, Charles Duhigg, autor del libro «El poder de los hábitos«, explica cómo cambió un mal hábito por uno bueno:

Ahora nos toca a nosotros.

Pensemos en un escenario común: Te gusta salir con los amigos por la tarde, pero luego estás demasiado cansado para estudiar.

¿Cómo puedo crear un hábito que me permita divertirme con mis amigos al mismo tiempo que paso más tiempo estudiando?

Podrías convencer a tus amigos para que estudien contigo en la biblioteca durante un par de horas y luego jugar en el parque. O puedes estudiar solo y luego reunirte con ellos en el parque. De este modo, mantienes tu recompensa (salir con los amigos) y también ganas una nueva: tener mejores notas. Si repites esta rutina a lo largo del tiempo, acabarás formando este nuevo hábito.

Consejos para no sentirse frustrado:

1. Tómatelo con calma: elige un hábito y céntrate en hacerlo bien antes de pasar al siguiente.
2. Hay que empezar por algo pequeño y fácil. Hacer el hábito es mucho más importante que la cantidad que hagas.
3. Crea un entorno que te ayude a conseguir tus objetivos (por ejemplo, apagar el teléfono mientras estudias para evitar distracciones)
4. Sé optimista, ¡puedes hacerlo!

Foto de Fab Lentz en Unsplash